Manada de puercos cimarrones atacan niña y le destrozan pierna en campo de Hato Mayor

HATO MAYOR.- Una manada de jabalí o puercos cimarrones habría atacado a una niña de seis años de edad en un campo de Hato Mayor, a la cual le destrozaron su pierna derecha, la que ayer jueves le fue amputada en el hospital traumatológico Dr. Darío Contreras de Santo Domingo, donde fue referida.

La menor atacada por los mamíferos, fue identificada como Yovany Díaz, hija de los esposos Domingo Díaz y Juanita Peguero, residente en el proyecto agrícola de Loma Larga, a unos 30 kilómetros al norte de Hato Mayor.

Al momento de ser atacada por los animales, la menor se encontraba a sola, debido a que los padres habían ido al conuco a recoger algunos rubros agrícolas.

La niña salvó la vida por los gritos que le lograron salir, con los cuales alertaron a los vecinos más cercanos, que corrieron y la encontraron en medio de un charco de sangre, de heridas de mordidas hecha por los jabalí.

La menor recibió heridas profusas en su pierna derecha y otra parte de su cuerpo, por lo que sus padres y vecinos la sacaron en un motor hasta el hospital público de Hato Mayor, donde recibió los primeros auxilios y referidas al hospital Darío Contreras, en Santo Domingo

Agricultores de Loma Larga, aseguran que han visto manadas de cerdos o puercos cimarrones en los copiosos bosques y montañas de la zona.

Los salvajes animales, se han ido reproduciendo en los bosques y lomas y ya constituyen un problema en la zona.

Cazadores  aseguran que ciertamente existen los animales alzados o cimarrones y que lo matan para comer su carne, que está casi libre de grasa.

Los fugitivos animales son más localizados en los potreros 16 y 17 de Loma Larga y El Jobo, donde los bosques aun son prácticamente inaccesibles por la gran cantidad de árboles y marañas que hay.

La historia recuerda que a principios del siglo XX abundaban los puercos cimarrones, que como agua de río, estaban al alcance de todos y la gente lo cazaba para intercambiar su carne por grano de sal.

Se cree que los fugitivos animales sobrevivieron al programa de matanzas de cerdos que se libró en el país, para exterminar la raza criolla e introducir la producción  norteamericana en 1979, bajo el alegato de que había entrado la peste porcina.

 

 Autor: Manuel A. Vega



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