Los padres también tienen derechos
A propósito de la acción constitucional de amparointerpuesta por dos entidades de la Iglesia Católica en contra de Pro-Familia e independientemente de la decisión que pudo adoptar ayer el tribunal apoderado, aprovecho este espacio para comentar uno de los aspectos en conflicto.
Los accionantes exponen en su recurso que la campaña publicitaria de Pro-Familia atenta contra el principio de autoridad parental. Trataremos de responder la pregunta si el principio de autoridad del padre y de la madre sobre las vidas de sus hijos menores de edad tiene la categoría de derecho fundamental.
El comentario viene a colación porque en uno de los anuncios, se presenta un conflicto entre una madre o abuela y una adolescente o joven adulta cuando la señora encuentra en el dormitorio de la muchacha un preservativo y comienza a reclamarle, al percatarse a través del hallazgo que la joven está sosteniendo relaciones sexuales.
En primer lugar, la Convención Americana sobre Derechos Humanos,en su Artículo 12.4, establece que los padres tienen derecho a que sus hijos reciban la educación religiosa o moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
Si las convicciones religiosas o morales de los padres informan que las relaciones sexuales deben retardarse hasta el matrimonio o retrasarse la mayor cantidad de tiempo posible hasta alcanzar cierta madurez física, emocional, psicológica y económica entonces, esas convicciones son las que deben recibir sus hijos, no sólo en la casa, sino también en el sistema educativo, por lo que ese anuncio no sólo quebranta este precepto, sino que también incita a los adolescentes y a los jóvenes adultos a rebelarse contra sus progenitores.
En segundo lugar, aunque la Convención Internacional de los Derechos del Niño consagra, en su Artículo 14, el derecho de todo niño, niña y adolescente a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, también respeta los derechos y deberes de los padres de guiar al niño en el ejercicio de este derecho. Asimismo, dicha Convención, en su Artículo 29, dispone que la educación a ser recibida por el niño debe inculcarle el respeto a los padres.
Resulta preocupante que una campaña publicitaria incentive a los adolescentes y a los jóvenes adultos a sostener relaciones sexuales, independientemente de las convicciones de sus padres. Es extremadamente peligroso debilitar el principio de autoridad de los padres sobre las vidas de sus hijos. Esto contribuye al resquebrajamiento de la familia y por ende, de la sociedad.
Anuncios como ese no contribuyen a reducir los embarazos ni las enfermedades de transmisión sexual en adolescentes. Se pretende inculcar en la mentalidad de la población que poco importa la edad en que te inicies en la vida sexual activa; tampoco importa si eres adolescente o joven adulto; menos que vivas bajo el mismo techo con padres que no estén de acuerdo con tus actividades sexuales. Haz lo que quieras con tu vida sexual, siempre que uses el condón. contunuar leyendo aquí.
Sin embargo, ese anuncio no está avalado científicamente.
-- De acento.comJOSÉ ALBERTO ORTÍZ
Abogado
www.elperiquito.com
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