El trono sagrado

Aquí hace fuerza el más cobarde y se ensucia el más valiente

Hace mucho tiempo que en los campos y ciudades de la República Dominicana la gente ensuciaba (defecaba) y se limpiaba con hojas, palos, tusas…………

La gente construía letrinas de madera techadas de yagua o zinc y le colocaban unos cajones, siempre eran construidas lejos de la casa, o sea en los patios, y las casas mas modestas hacían sus letrinas en concreto y cinc con una división y dos puertas, una para el baño y otra para el cajón.

Todavía en estos tiempos la gente acostumbra a defecar donde le da la voluntad, incluso en las ciudades lo hacen en los callejones, en las calles oscuras, las casas abandonadas o en construcción. El que no tiene letrina o alcantarillado sanitario defeca en un periódico o en una funda de plástico, la agita como una onda y la lanza para el patio del vecino o el frente de la casa, para el monte, incluso en Hato Mayor del Rey, los vecinos la tiran para el play de baseball, donde en ocasiones los jugadores se han herido con el vidrio inglés, como lo llaman, para no decir ¡Me cag…! ¡Pisé una mierd….!

Lo más curioso es que la gente cuando le llega el momento de subirse al trono sagrado, donde hace fuerza el más cobarde y se caga el más valiente, cuando hay que limpiarse, si no encuentra papel, periódico, tusa, hojas, un palo……. se ve en serio aprietos, ¡Ay Si es diarrea ..! , entonces es que la cosa se pone dura. Pues busca el último recurso, las paredes, los palos de las letrinas, los tubos e incluso el papel usado por otro, lo miran y sacan el más limpio y lo doblan, se limpian y salen como si no hubiese pasado nada.

Se dijo una vez, que una mujer del pueblo fue a chequearse al ginecólogo y él mandó a que se lavara, pues tenía varios trozos de periódicos sucios de pupú (heces) pegados entre secos y húmedos entre las piernas.

Ese no es el caso de ahora, se trata de Melanio, un profesor muy educado y culto, alto , de mucho respeto y elegante al hablar, seductor de mujeres, pues dominaba el arte más puro y noble, la belleza del lenguaje, esos eran sus dotes, pues de cara no tenía ningún atractivo.

Sucede que según era él de educado, así era su familia, sus hijos e hijas, su esposa….. En su casa había un baño de madera compartido con una letrina. Algunas veces aparecían unas manchas amarillas, que se iban poniendo marrones y terminaban en negras y cambiaban el color de los palos, hasta el punto tal que ya no quedaba un espacio para otra limpiada más.

Una de las hijas de Melanio decidió limpiar el baño y la letrina. Lavó bien su baño, cepilló los palos de la letrina y como no quería volver a ver los palos manchados, llenos de mierda, buscó unos ajíes caribes, y se los untó a todos los palos de la letrina y dijo: -Hoy sabré quién es que se limpia de los palos………!

Por la noche ve a Melanio caminando medio abierto peleando con la esposa, pero era tal el malestar que sentía que tuvo que gritar….¡Ay mamacita…….! , ¡Coñ...zo!, ¡Guay….! ¡ Diablazo!…¡Uuuuuf….!...¡ U..Uih! ¡Ay, ay ay………. ay! ......shshshshshhshsh! ¿Quién fue que le puso picante a los palos de la letrina?... ¡Carajo! Búsqueme talco o algo rápido que tengo un ardor en el cu....o ¡Co......ñ .. zo!

Doña Petra intrigada llama a su hija y le pregunta: -Anita, ¿Sabes dónde están los talcos?.. Que melanio fue al baños y tiene un ardo en las nalgas que no lo aguanta, y está preguntado que quién le puso ajíes a los palos del baños.

Anita dice:-¡Aaa….y! ¡Aa….y! ¡Aa…y! El que menos yo pensaba……………………..
El trono sagrado

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